Kanda: origen de la existencia

Cuando ātman, el alma, baja del paramātman, la sustancia universal, el brahman, la creación, crea Kanda, un anillo energético que será el origen de los tres cuerpos que el alma habitará en este mundo: el cuerpo causal, el cuerpo sutil y el cuerpo físico. Es el origen de la materia, es la partícula de Dios, es el centro de la fuerza física y espiritual.

Ubicar y activar Kanda

Kanda, el nadi con forma de huevo, se ubica sobre Muladhara, debajo del ombligo, en la columna, entre Swadhisthana y Manipura.

Es la Granthi-Sthāna, la unión de todos los nudos (granthis), donde se unen todos los nadis y donde Muladhara, el chakra raíz, y Sushumna, el nadi central, se conectan.

Kanda puede ser activado a través de la práctica del Yoga, preparando al yogui para ejercicios más avanzados y para estimular la energía Kundalini. Da fuerza y foco.

Enraizar Kanda despierta Kundalini, que se encuentra latente dentro de Kanda. La práctica regular de Prāṇāyāma (especialmente, la que se enfoca en Muladhara), activa Kanda y estimula Kundalini.

El Hatha Yoga tiene su propia āsana para estimular Kanda: Kandasana. Practicarla no sólo estimula Kanda, además alivia las articulaciones y la rigidez de la cadera, y ayuda al practicante a superar la impotencia y otros desórdenes sexuales. El Prāṇāyāma ayuda a potenciar Kandasana.

Yogacharya B.K.S. Iyengar realizando Kandasana.

Kanda en el Haṭha Yoga Pradīpikā

Explica el Haṭha Yoga Pradīpikā:

Kanda.

3.113. El kanda tiene una extensión igual al ancho de doce dedos, se encuentra situado encima del ano a una distancia de cuatro dedos y tiene un aspecto delicado, de color blanco, como cubierto por un trozo de paño blanco.

(El centro del cuerpo se halla en un punto situado dos dedos por encima del ano y dos dedos por debajo de la raíz del pene; el kanda se halla a nueve dedos del centro del cuerpo y parece un huevo cubierto por una serie de capas membranosas; los animales lo tienen situado en el centro del abdomen)

3.114. Sentado en la postura vajrâsana, coger los pies cerca de los tobillos y presionar (con los talones) sobre el kanda.

3.115. En la postura de vajrâsana, después de mover kundalini, el yogui ha de practicar bhastrikakumbhaka, a fin de despertarla rápidamente.

La técnica paridhana es similar a nauli, pues consiste en mover los músculos abdominales de izquierda a derecha, de derecha a izquierda y en espiral.

3.116. Luego ha de contraer el sol para obligar a kundalini a ascender; aunque se sienta llegar a las puertas de la muerte, el yogui no tiene nada que temer.

El sol, sûrya, es la región del abdomen, cerca del ombligo, que se contrae por medio de uddiyanabandha.

3.117. Cuando se mueve kundalini sin temor alrededor de hora y media, ésta entra y sube un poco por sushumna.

3.118. De esta forma, kundalini deja libre la entrada de sushumna, que es arrastrada sin esfuerzo hacia arriba por la corriente de prâna.

Hara.

Para los orientales, Kanda es Hara. Hara es el nexo entre lo físico y lo metafísico, entre lo psíquico y lo metapsíquico, es el lugar donde la vida universal deviene en vida existencial dentro de cada hombre.

El Harakiri, ritual de suicidio japonés por desentrañamiento, se realiza atravesando Hara con un arma blanca. Este corte mortal se realiza en el ojo del huracán, ese espacio de quietud que mueve todas las energías de nuestros cuerpos.

Harakiri o Seppuku.

El Hara, llamado a menudo el "océano del ki", es el centro de toda vida, donde todo ser tiene la posibilidad de consolidar su personalidad, su yo. Esta consolidación se lleva a cabo en un primer momento a partir de los factores constitutivos de lo físico, que son ya por sí mismos una expresión de la personalidad. De ahí que el término "Harakiri", que textualmente se traduce como "cortar el vientre", tenga un significado mucho más profundo, pues en realidad se interpreta como la extinción de la energía, de la fuente misma de vida. El objeto de todos los ejercicios orientales preparatorios, de apariencia gimnástica o más específicos del Aikido, constituyen la "recuperación" del cuerpo para volverlo capaz de sentir, para así vivir en el “aquí y ahora”.

Comentarios